Mucho han asociado a la moda vintage con ropa vieja pero la moda vintage es algo más que eso. Empezando porque para entrar en la categoría vintage las prendas pasan ciertos estándares. Es decir un vestido negros de la década de los 90 se considera clásico y no vintage. Un blazer con hombros de esa época definitivamente es vintage.
No hace más de 10 años, lo usado era sinónimo de mal gusto o de bajos ingresos. Recordemos que el vintage nace en los Estados Unidos con las ferias de garage y otras ferias de antiguedades. Los artistas han acudido a las ferias vintage todo el tiempo por encontrar allí prendas que no están en otros lugares.
En los tiempos previos a la explosión de la moda vintage, quienes podían adquirir una prenda, la preferían nueva por considerar que la ropa vieja está llena de energías de la persona que la usó antes y de posibles gérmenes, si no está bien lavada. En otras palabras, antes lo vintage era el signo de una de las clases sociales más bajas de la pirámide. Y cuando la moda vintage parecía morir entre basurales, resurge como un ave fénix. Este fenómeno no llegó de un momento a otro.
Mientras las marcas de pret a porter continuaban con la cadena productiva y las marcas de lujo se volvían cada vez más inalcanzables al tiempo que réplicas idénticas entre sí nomás aparecía una tendencia, el vintage hace su reaparición estelar y llega para quedarse definitivamente y ocuparel lugar que nunca tuvo. Un nuevo guardarropas en el que resucitar en una nueva época.
La ropa vintage empezó a ganar popularidad, no solo por su carácter de exclusiva sino como una opción sustentable y amigable con el medio ambiente. De este modo, la moda vintage expresa más que un look único. Expresa el apoyo a la idea de re-circulación que se rehúsa a la producción en masa y la reproducción del estilo. Y se acerca a la autenticidad y particularidad de cada persona, ni que hablar de las historias fascinantes que pueden traer consigo unos overalls denim o una musculosa cortada.
Según Vestiaire Collective, el futuro de la moda es circular. En un mundo donde compramos más ropa pero la usamos menos, comprar una prenda usada alarga su vida en una media de 2 años mientras reduce la huella de carbono y residuos del agua un 73%..
Hoy, la moda vintage trasciende las fronteras y conquista armarios mucho más allá de ser una prenda de moda y mucho más cercano a la idea de una manifestación artística. El fenómeno cultural del vintage hoy es la opción sostenible más famosa. Desde el Shoreditch de Londres hasta la Avenida Santa Fé, en Buenos Aires y las tiendas vintage online, la moda vintage, lejos de ir hacía está cada vez más adelante.